El silencio es la pausa
que precede al rugido.
El nuestro
-un silencio compartido lleno de eco-
es ya un idioma en extinción,
no hay grito que lo devuelva a la vida
ni boca que lo reconozca.
Es mejor así,
pero a veces vuelvo al lugar donde exilié tu voz
y me cuesta regresar
ilesa.
Dejar mis recuerdos en otro sitio
es abandonar
palabras que no se volverán a pronunciar.
Aquí dentro,
el silencio es un hueco inhabitable.
Leer (otra vez)
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Leer no garantiza que seamos más felices. Ni siquiera que la felicidad nos
visite mientras leemos. Es incluso posible que la lectura nos procure un
p...
Hace 4 horas